La semana pasada, pregunté en un story de Instagram, de qué les gustaría que hablara en el blog, e interesantemente, muchos de los temas hacían referencia a posts que de hecho ya había escrito. Es posible que los seguidores sean nuevos y han dejado pasar casi tres años de posts semanales, pero no hay problema! es por eso que hoy desempolvo y comparto de nuevo, esos temas que les interesan a muchos, como mis experiencias con nuestra hija por edades, cómo trabajar con nuestra bebé, cómo hacer para llevar a la bebé a todos lados, viajar con bebés (en mi caso una bebé), comida para bebés, empoderamiento femenino, decoración, combinación de colores… etc.
PANTONEMAGENTA
Nuevamente decorando El Cuarto Azul: El Cuarto de nuestra bebé
Hace unos meses, siete para ser exactos, decidimos decorar un cuarto de casa que teníamos abandonado y volverlo un cuarto de té, la historia la compartí en este post "Antes y Después: El Cuarto Azul". Nuevamente tocó decorarlo... ahora será el cuarto de nuestra bebé y aunque sigue siendo "El Cuarto Azul" ahora será "El Cuarto Azul de Carmela".
Desde el principio sabíamos que seguiría siendo azul (el mismo tono de la casa de Frida Kahlo) fuera mujer u hombre nuestro bebé, pero habría que convertirlo en un dormitorio de bebé.
Lo primero y más importante: la cuna, al principio la ordenamos por internet, pero tuvimos un problema de disponibilidad y decidimos cancelar la compra, mientras tanto una amiga maravillosa, María, nos ofreció la suya junto con el cambiador que había sido de su hija y resultó ser perfecta! El tamaño y el diseño son justo lo que queríamos: simple, mínimal, escandinava = perfecta. Mi mamá había guardado durante más de treinta años el cambiador de cuando yo era bebé, pero es demasiado grande y en el espacio que tenemos no quedaba bien. La herencia de María fue ideal, el cambiador es justo lo que necesitábamos, lo único que nos faltaba era el colchón que se coloca encima y conseguimos el tamaño exacto en Bebé Juguetón.
Retiramos la mesa de centro de la salita que allí estaba, agregamos la cuna y el vestidor, y para hacerlo más acogedor agregamos un taburete de gnomo que siempre había deseado, una mesita auxiliar a la par de una silla de lectura o amamantar y colocamos más capas de alfombras una encima de otra, sobre la que ya teníamos antes, añadimos un runner de nubes de La Multicolor y otra alfombra de tigre para hacer el cuarto más divertido.
Nuestra idea desde el principio fue crear un espacio cómodo, acogedor, romántico y divertido. Incorporamos detalles que reflejaran eso y sobre todo amor, que como sabemos, el amor está en los pequeños detalles y que esos detalles tengan grandes significados. Colgamos dos atrapadores de luz, uno de gota y otro de colibrí, ambos atrapan la luz y la expanden, nuestra hija será luz en nuestras vidas y esperamos que esa luz la expanda y la refleje en otros; el colibrí es un ser maravilloso y mágico, es el único animal de la creación que se alimenta exclusivamente de elixir. Un corazón de luz, que es como el nuestro para nuestra hija; un conejo que trajimos de un viaje que hicimos con Jorge, haciendo referencia al conejo de "Alicia en el País de las Maravillas" para que su vida también tenga fantasía y que nunca se conforme con lo común y ordinario, que busque y procure magia en su vida.
Queremos que su cuarto sea más que una habitación, deseamos que sea un lugar que despierte su imaginación. Dejamos la pecera en el mismo lugar para que el sonido del agua la relaje y el movimiento de los peces la estimulen, hay arte en todas las paredes, compramos un teatrino de títeres para jugar con ella... queremos que todo su entorno sea para ella inspiración.
Antes y Después: El Cuarto Azul
Todos o casi todos hemos tenido en nuestra casa ese cuarto que alguna vez fue un estudio, el cuarto "para cuando tengamos hijos", el cuarto de la máquina de ejercicios que sirve para juntar polvo o un cuarto para nada en específico que poco a poco se fue llenando de cosas y que finalmente se convirtió en el cuarto de tiliches, chunches o cachivaches... nosotros tuvimos ese cuarto. Al principio inocentemente dijimos "vamos a dejar esto aquí que ni siquiera molesta" y después de unos años se acumuló el desorden o relajito como le llamamos aquí con cariño. Un día dije ¡no más! y con Jorge pensamos en vaciarlo, pintarlo de azul y llamarle "El Cuarto Azul", era un buen principio... mucho mejor que "el cuarto de chunches".
Esta era la habitación y para esta foto ya estaba más ordenado. Tardamos un fin de semana completo en vaciarlo. Sin querer había acumulado basura durante ocho años, no se en qué momento decidí archivar tanta basura: revistas, documentos que ya no servían, recuerdos de personas que están fuera de mi vida desde hace muchísimo tiempo... al final era pura basura.
El origen de redecorar este cuarto, surgió cuando vimos Downton Abbey, nos encantó la idea de un "tea room" o cuarto de té como se usaba hace siglos, pero de acuerdo a nuestra época, nuestro gusto y nuestras posibilidades. Un cuarto para consentirnos, relajarnos, para tomar el té, un café o un trago, pero que no es ni la sala ni el comedor, un cuarto más íntimo, más fresco, más romántico... y es que el hecho de no vivir en un palacio, no es impedimento para hacer un deseo como éste realidad.
No queríamos gastar mucho y como teníamos varios escritorios en ese "antiguo estudio" decidimos venderlos para desocupar el cuarto e invertir el dinero de la venta en la remodelación. Con el dinero de la venta pagamos la pintura y adicional a eso gastamos $200 en la compra de la alfombra, los cojines redondos, el plato de corazón y el corazón de luz LED; las cortinas nos hizo el favor de hacerlas la mamá de nuestro amigo Víctor y solamente tuvimos que comprar la tela que nos costó Q39, la carretilla de bar la compramos en una liquidación, la cabecera para colocar de respaldo para la banca la compramos en un anticuario por Q500 y el resto de elementos ya los teníamos, solamente tuvimos que redistribuir algunas cosas para ubicar en el nuevo cuarto las sillas, la mesa de centro y algunos cuadros.
... y así nos quedó! voilá! ;)
La banca la tenía desde hace años, era el pie de cama de cuando vivía con mi mamá; solamente le pusimos de respaldo una cabecera antigua y los cojines redondos para hacer una banca más cómoda para dos personas. La obra de "La Quezalteca" es una obra en Xilografía que yo misma hice, y la mano de león me la regaló nuestro amigo Charlie de su jardín.
Un consejo relacionado con la instalación de cortinas: las cortinas deben instalarse lo más alto posible y deben llegar hasta el piso, no importa que la ventana sea pequeña, instalarlas de esta manera hará que las ventanas se vean más grandes y el área se vea mejor.
La bandeja azul la teníamos perdida en la cocina y quedó perfecta para colocar la obra de Erick Menchú. El amarillo se convirtió en un acento de color hermoso y es el punto focal de la mesa de centro.
Las sillas, una la teníamos en el comedor y la otra en nuestra habitación, nos servía para colocar el edredón y algunos almohadones, no estaba tan bien aprovechada como en este nuevo lugar. Las sillas no tienen por qué ser iguales, combinar diferentes elementos y acabados hace que el espacio se enriquezca visualmente con diferentes texturas.
Nada como arte y recuerdos en las paredes. Las paredes nunca nos son suficientes.
La carretilla de bar casualmente la conseguimos en color amarillo, fue una excelente coincidencia, ahora volvieron a ponerse de moda pero la verdad es que siempre han sido muy útiles y se ven maravillosas.
El color azul fue el pretexto perfecto para que Jorge colocara aquí su pecera, es delicioso el sonido del agua y de noche el reflejo del agua es muy relajante, todo casó perfectamente.
Esta obra es una pieza muy especial; es una obra de Félix González Torres, uno de los pliegos de papel dice "Somewhere better than here" y el otro "Nowhere better than here", formó parte de la última Bienal de Arte Paiz y se podía tomar libremente, nosotros la enmarcamos y así la conservaremos en nuestro Cuarto Azul.
Para mayor relajación un buen consejo es tener cojines grandes para poder tirar en el piso y así poderse recostar en ellos... y para procurar el orden se guardan en una canasta de tela.
Ahora éste ya no es un cuarto de acumulación, es una habitación que disfrutamos todos los días, ¡el esfuerzo valió la pena!