Un resumen para quien no conoce la historia… Jorge y yo nos conocimos en la puerta del edificio donde yo vivía en abril del 2,012, en ese entonces yo estaba en una relación tóxica y pasaba por una depresión terrible; un amigo que se mudó al edificio me lo presentó, así nos conocimos y empezamos a coincidir en casa de este amigo en común que ahora era también mi vecino… veíamos todos juntos el estreno de cada semana de The Walking Dead, no sabía mucho de él, solamente que se me hacía un chavo súper lindo con una vibra muy especial… yo le decía Jorgito.
El 6 de enero del 2,013 era domingo, Jorge daba un concierto con su banda para luego irse de gira a México… yo no tenía nada qué hacer; había decidido en Año Nuevo terminar con todo lo que me hacía daño y fui… llegué lo vi tocando batería cual dios griego musical… jamás le volví a decir Jorgito y le tiré el anzuelo hahahaha!!! los invité a mi casa, a él y la banda con la excusa del Día de Reyes, yo no tenía nada en mi casa, más que una que otra botella de licor y ¡sorpresa! ni Jorge ni sus amigos tomaban… en fin hubo rosca y ponche… y ningún interés de parte de Jorge.
El 26 de enero regresaron, Jorge y su banda, hubo otro concierto y luego una fiesta que organizaba mi amigo en el edificio (quien me presentó a Jorge), yo tenía gripe y cero ganas de ir. Era una fiesta de disfraces porque iniciaba carnaval, long story short: Jorge llegó, lo ví, y entre mi malestar de la gripe, los tragos y la frustración de su nulo interés: me paré a la par, le puse un brazo alrededor de la espalda tipo “abrazo”, el me abrazó y le rompí con todas mis fuerzas un cascarón de carnaval lleno de confetti en la cabeza, cual niña berrinchuda de 6 años… me miró desconcertado y me preguntó por qué lo había hecho, le dije que ya me había cansado de tirarle los perros y nada (sí, drama al máximo! tomemos en cuenta que había hecho la lucha únicamente el 6 de enero hahahaha!)… sin tanto detalle… me dio un beso que hasta el día de hoy lo tengo presente y desde esa noche estamos juntos yeah!
Diez días después, el 5 de febrero me preguntó si quería ser su novia en serio y empezamos a vivir juntos. No pasó mucho tiempo para que me diera cuenta que a mi vida había llegado un tesoro de persona, un hombre bueno, noble, amoroso, cariñoso… todo lo que alguna vez había deseado, y en el camino se me olvidó. Me di cuenta que efectivamente si Dios lo permitía, era el hombre con quien deseaba compartir mi vida. Hablamos de tener un hij@, lo intentamos y no se dio, no pensábamos casarnos y decidimos irnos de luna de miel en mayo del 2,015 y el día de mi cumpleaños fuimos a la Torre Eiffel y allí me dio un anillo y me preguntó si me quería casar con él; después durante el viaje, estando en Mykonos decidimos casarnos solo él y yo, no fue una boda sino un elopement, como comentaba en un story en Instagram, ahora el término es más popular que en el 2,015 y significa originalmente “un matrimonio llevado a cabo de manera repentina y secreta, por lo general implica una huida apresurada del lugar de residencia de uno junto con la persona amada con la intención de casarse sin la aprobación de los padres”… bastante medieval el término porque lo de la “aprobación de los padres” no es algo que aplique a dos personas adultas que ya tenían un par de años viviendo juntos ;) pero la idea es esa, es como un escape para casarse de manera repentina y muy íntima, creo que esa definición aplica mejor.
Luego decidimos que era necesario casarnos de manera legal, más que nada para que en un momento en el que uno de los dos no pudiera tomar una decisión por sí mismo o misma, la otra o el otro, la tomara y en el caso que uno de los dos faltara, las cosas de uno, le quedaran al otro; algo muy objetivo, y como somos muy románticos hicimos de la boda civil, una fiesta del amor. Y así nos casamos en noviembre del 2,015.
Al septiembre siguiente, 15 días después de la muerte de mi suegra, una mujer maravillosa a quien siempre tendré en mi corazón, quedamos esperando a Carmela, quien es para nosotros una bebé arcoíris maravillosa y milagro viviente.
El año pasado, un día viendo fotos de nuestra boda, Carmela nos reclamó por qué no había estado en nuestra boda, conmovida nos dijo que le hubiera gustado estar… y pensamos con Jorge, que casarnos por la iglesia, podía ser una buena idea. Lo platicamos, Carmela dijo “¡sí!!! ¡casémonos!!!” y googleamos qué necesitábamos para hacerlo y allí quedó el asunto… el tema del curso matrimonial, uno de los requisitos, era un freno, era muy largo el asunto, ver temas como el presupuesto familiar, el tema de la planeación familiar y los hijos cuando yo ya ni útero tengo… era algo complicado y no quisieron hacernos equivalencias hahaha!!!
Finalmente encontramos un curso, afortunadamente en línea y como no teníamos fecha sino que queríamos adelantar con los requisitos, no nos importó mucho esperar tres meses para que iniciara el curso que tomaba casi dos meses, una vez a la semana… nos organizamos y sacamos el curso. Pasó el tiempo y aunque mi mamá ya estaba vacunada, igualmente no nos veíamos como antes, por cuidado, y mi hermano no venía a Guatemala desde enero del 2,020 por la pandemia…
Al inicio de diciembre mi hermano nos confirmó que venía a Guatemala, después de casi dos años, y lo primero que pensamos fue que aprovechando que mi hermano venía, nos casáramos y así estaríamos completos. Y así fue, corrimos y lo logramos! Qué mejor fecha que Día de Reyes, el día que todo comenzó, el día que me salieron corazones de los ojos por primera vez, era la manera perfecta de agradecer a Dios y honrar a nuestros padrinos Los Reyes Magos.
Nunca fue difícil o complicado. Ni la primera, ni la segunda, ni ahora por tercera vez… Jorge es la persona menos complicada que conozco y yo siempre tengo las cosas claras y si no, lo resuelvo fácilmente, la primera vez yo llevaba un vestido blanco de gasa perfecto para la playa, la segunda siempre supe como sería mi vestido y mi amigo Guayito Figueroa entendió mi visión a la perfección y ahora para la tercera, sabía que si nos casábamos por la iglesia iría de pantalón, vi ese jumpsuit y supe era el indicado…
En cuanto la celebración, me gusta hacer las cosas yo, diseñarlas, planearlas y ejecutarlas. En la boda anterior yo me encargué de las flores, aunque el mobiliario fue de alquiler, me encargué del montaje, alquilé baja-platos y cristalería pero los platos fueron míos y los demás something borrowed de mi mamá y de un amigo… y si esa vez fue fácil, ésta otra fue más, solo fuimos 6 personas y fue en nuestra casa, con un brunch como siempre acostumbramos a celebrar. La vez anterior nos casamos en una plaza aquí cerca, nuestra plaza favorita… esta vez en la Iglesia de a la vuelta, la vez pasada fueron varias cuadras y por eso llegué en Transmetro y Jorge en bicicleta… esta vez fuimos a pie.
Ya les compartiré la próxima semana tips y consejos para la boda, pero desde ahora les adelanto que el número uno es: disfrutar y gozar el proceso y el día de la boda sin complicaciones innecesarias.
Hay una tradición que dice que en la boda debe haber algo azul, algo nuevo, algo viejo y algo prestado. Nuestro algo azul fue Carmela, algo nuevo mi argolla y la tiara, algo viejo fue la argolla de Jorge y algo prestado la diadema de Carmela, entre muchas otras cosas azules, nuevas, viejas y prestadas, pero en la ceremonia, esas fueron las más significativas.
La ceremonia religiosa fue muy especial y fue tal como deseábamos:
Yo fui de pantalón porque para mí, personalmente eso es un símbolo de igualdad dentro de la ceremonia, a mi me encantan los vestidos por supuesto los amo!!! y ya me casé feliz de la vida con el vestido de mis sueños. Esta vez el traje de mis sueños era un pantalón y por eso me dio gana casarme de pantalón y así lo hice… y justamente de eso se trata, de hacer lo que uno quiere por sí misma, ser libre y escoger, no usar algo porque a uno le dijeron que eso era lo que debía o tenía que ponerse, si me hubieran dado ganas de no vestir de blanco lo habría hecho, me casé de blanco porque me gusta, no porque así tenga que ser, para mi el blanco es símbolo de pureza, pero pureza del corazón, no precisamente de virginidad, pureza y castidad, sino de un corazón transparente… pero que si me hubiera antojado ponerme un vestido magenta, también lo habría hecho, por eso me vestí de pantalón, porque para mí era algo importante.
Otra parte importante fueron las arras, que fueron 13 monedas de vueltos o cambios que nos han sobrado de nuestros viajes y hasta una moneda del parque de juegos Carrousel, la encontré y me encantó porque vaya si nos hemos divertido como niños y los carrousels nos encantan. Y según la liturgia el hombre le da las arras a la mujer y la mujer las recibe; en nuestro caso Jorge me las dio y yo las recibí, y también yo se las di a Jorge y el las recibió, porque justamente somos una pareja y un equipo, y aquí los dos trabajamos, los dos aportamos y los dos proveemos.
Las lecturas las escogimos nosotros, quisimos escoger palabras hermosas que nos llegaran al alma y que alimentaran nuestra relación; desde el principio en tono de broma, pero muy en serio, le dije a Jorge que si leían la lectura de la “mujer abnegada” me levantaba y me iba, porque en nuestra casa no hay mujer abnegada, hay un equipo que hace las cosas en conjunto, desde la limpieza de la casa hasta las decisiones más trascendentales como pareja que es pareja, nadie más o menos que otro.
Jorge no usa anillos, tiene tatuada una flecha en el dedo anular y yo un corazón, y al principio iba a usar un zip-tight como argolla (no ibamos a gastar en algo que nunca iba a volver a usar) pero encontró una argolla entre una caja de accesorios que ya no uso, y esa decidió usar para la ceremonia, pero solo le quedaba en el meñique, fue kawaii hacer un pinky promise y ver siempre el lado divertido. Yo ya tenía el tatuaje de corazón en mi anular izquierdo, el anillo de compromiso con las argollas que son los nombres Jorge y Carmela en el anular derecho, así que para esta nueva boda, mi argolla es un arcoíris que usaré en el anular junto con el tatuaje de corazón, y significa que Jorge y Carmela, son el pot of gold al final del arcoíris.
Y para finalizar, el lazo. Usamos un hilo rojo, como la leyenda china del hilo rojo: “aquellos que estén unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida. El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse… pero nunca romperse”.
Y así hicimos de la ceremonia algo muy nuestro y lleno de significado especial, cada detalle simboliza algo que para nosotros es importante.
El pelo y las uñas fueron gracias a Veka.
El maquillaje me lo hizo Jorge Solares, quien me ha maquillado en la mayoría de los momentos más importantes.
Extensiones de pestañas de Eye Design.
El jumpsuit es de Nordstrom.
El velo y la tiara son de Etsy.
Los zapatos son de Quiz, súper cómodos, fueron perfectos y no me los quité en todo el día.
Los bouquets los hice yo misma con rosas de Siembras Visión que son un espectáculo de rosas de exportación y el precio es extraordinario.
El traje de Carmela lo hizo Lindybell quien le hace a Carmela trajes de ballet, trajes y disfraces personalizados.
La fotografía fue gracias a David Gallegos, a quien le escribí un día antes y afortunadamente nos salvó, inmortalizó nuestro día especial con sus fotos espectaculares.
El video estuvo a cargo de mi hermano quien grabó con el teléfono.
Luego de la ceremonia, hicimos el tradicional brunch que hacemos siempre para celebrar. El pastel fue de churro porque la canela es espiritualmente un repelente contra malos espíritus, también atrae la abundancia, equilibra la energía, brinda protección y alegría. Nos lo hizo De La Cami. También en honor a los Reyes, hubo rosca de Pastelería Ciro y Galette de Rois de Los Tulipanes.
Los novios eran vintage y los conseguí en el Centro en una tienda de antigüedades. La pastelera, los cubiertos para partir y servir el pastel, las copas y platos de los novios, fueron los mismos que usamos en nuestra boda anterior.
La vajilla fue nuestra vajilla favorita Blue Willow que coincidentemente es también something blue.
Cada detalle tenía un significado, un propósito y una intención, cada detalle fue puesto con mucho amor, como tratamos de hacerlo en nuestra vida, y sobre todo fue muy nuestro, como nuestra relación y nuestra familia. Fue un día muy hermoso y especial, fue la manera perfecta de hacerle saber a Carmela que somos una familia, que ella es parte vital y esencial de ella, y también que tiene el gran regalo de Dios de tener una mamá y un papá que se aman y por eso nos volvimos a casar, para agradecer y fortalecer lo que hemos recibido, sembrado y cosechado.