Desde la primera vez que vi el famoso meme, me pareció ofensivo (ni siquiera lo postearé en este artículo porque no merece que lo comparta)… pensé que era algo muy triste desde todos los puntos de vista posibles; los memes muchas veces se burlan de la desgracia ajena, pero éste me pareció lamentable, precisamente porque los hijos no deberían de ser una desgracia. Y luego pensé “jamás seré esa mujer, me niego a serlo”.
Me niego a ser esa persona:
Primero por mi misma, porque si bien muchas veces me siento cansada, y con la paciencia agotada, sentirme acabada en nada contribuiría a solucionar la situación y no me haría sentir mejor sino todo lo contrario, me haría sentir a pique directo al piso. Este meme va más allá del cansancio, este meme muestra a una persona derrotada, y el sentimiento de derrota es como un tiro de gracia, después de eso no queda nada y yo lo que deseo es gozarme la vida. Y como mamá igualmente espero hacerlo.
Por nuestra hija, quien si me oyera decir algo así, o me viera en un meme así, pensaría que me arruinó la vida y que es la culpable y responsable de mi desgracia. Este meme para los hijos significa: “mi mamá antes de mí era feliz, ahora que me tiene a mi y es mi mamá no lo es.”
Por respeto a mi maternidad, que como he dicho muchísimas veces, es una vocación y una profesión. Es muy triste que cualquiera se burle de esta gran y vital profesión (si bien no todos somos madres, todos tenemos una) y es más triste y decepcionante, que algunas madres sean el peor enemigo.
¿Fácil? prácticamente nada es fácil en esta vida. Lo que verdaderamente vale la pena y tiene gran valor, cuesta. La vida es una lucha constante, pero no debe saber a martirio. La vida requiere esfuerzo y una buena actitud ante ella es la primera parte de la batalla que debemos ganar y el premio es la felicidad, de la mamá, de los hijos, de la familia, del mundo. Esto no significa que debamos lucir perfectas, que nunca nos cansemos, que nunca paremos y nos demos nuestro tiempo, que debamos hacer todo exacto y coordinado como maquinita, por supuesto que no, porque es imposible, porque somos humanos. Días malos, todos y todas los tenemos, pero a pesar de los días malos y de lo difícil que a veces sean las cosas, debemos tratar de sobreponernos y trabajar para sentirnos bien.
La apariencia física es como el dinero, no es lo más importante, pero tampoco es lo menos importante, ambos, cada uno en su justa escala, ayudan mucho ¡vaya si no!. En cuanto cómo lucimos por fuera, está científicamente comprobado que nuestra apariencia “impacta directamente en nuestro estado emocional, la calidad de vida y en el funcionamiento personal, familiar, social y laboral” como lo dice la Psicóloga Ana Isabel Fernandez de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.
Alguna vez en nuestra vida, hemos notado que no nos sentimos de lo mejor, pero después de un baño nos sentimos renovados o cuando no nos gusta o no nos sentimos cómodos con nuestro cabello y lo arreglamos de una mejor manera, luego nos sentimos mejor, a veces solamente con pintarnos los labios nos sentimos reanimadas… son pequeñas cosas de nuestro exterior que nos levantan el ánimo y nos hacen sentir bien, y por el contrario nos hacen sentir mal, peor o hasta pueden deprimirnos.
Cada una de las personas somos únicas, cada una de nosotras libramos diferentes batallas y tenemos nuestros propios problemas con los que luchamos diariamente… me atrevería a decir que nadie en este mundo terrenal vive en un algodón de azúcar perfecto, ni la persona más billonaria ni los modelos más hermosos.
Lo mismo pasa con quienes somos madres, cada una somos diferentes, yo hablo de mí y desde mi posición personal porque es de quien soy responsable. Deseo ser la mejor mamá que pueda ser para nuestra hija, y vaya si eso en sí ya es todo un gran trabajo! parte de ello es darle un buen ejemplo; deseo que se de cuenta y aprenda con el ejemplo a quererse, a cuidarse, a preocuparse de ella, de su interior y de su exterior, a sentirse, verse y proyectarse bien. Deseo enseñarle que juntas pasamos momentos maravillosos, que la pasamos genial con todo y los problemas y retos cotidianos, que recuerde su niñez como una etapa hermosa, que tenga la imagen de mi, de una mujer que la ama, que la hice (su niñez) feliz, que vea muchas fotos de esta época donde estemos todos y yo también esté en ellas y que piense “mi mamá era tan linda”, que quiera guardar esas fotos porque son recuerdos bellos.
Cuando yo veo fotos de mi niñez con mi mamá, pienso exactamente eso, pienso que felices fuimos (y somos), que mamá tan bella tuve (y tengo), siempre tan guapa, siempre sonriente a pesar de todo y su sonrisa era (y es) verdaderamente genuina al igual que su felicidad porque se refleja en ella por fuera lo que su corazón siempre ha tenido <3. Las guardo con amor y cuidado porque para mi esos recuerdos son como joyas preciadas y agradezco a mi mamá haber sido y ser como es. Cuando veo una foto nuestra, me siento feliz, recuerdo momentos extraordinariamente bellos y me siento orgullosa y agradecida con mi mamá, y ese mismo regalo quisiera para Carmela bebé.
Además como he dicho desde el día que supe que estaba embarazada: