Para finalizar nuestro viaje en California escogimos la ciudad de San Francisco y tuvimos tres días para disfrutarla de lo lindo. Desde comer sus típicos frescos mariscos hasta una degustación de ostras de ambas costas (la local -west coast- y la del otro lado opuesto -east coast-), visitar uno de los mejores museos de arte moderno, ir a una de mis tiendas favoritas del mundo que precisamente queda en San Francisco y Jorge lo mismo! también visitar una de sus tiendas favoritas del mundo entero que tambiéeen queda en SFO… hasta hacer un recorrido por toda la ciudad en bicicleta! cincuenta kilómetros aproximadamente!!! uno de los mejores recorridos en bicicleta de mi vida! Hoy les comparto nuestro fin de semana mágico en una ciudad maravillosa, deliciosa y diversa!!! <3
Leo´s Oyster Bar 568 Sacramento Street, San Francisco
Repetidamente encontré este lugarcito en varias revistas de diseño, comida y viajes. Condé Nast Traveller decía en su artículo: “… you’ll find and island-inspired design den that is straight out of the 1960’s. It’s a spot for Mad Men-style lunches of oysters, clams, shrimp and New England lobster rolls…” Isla, 60’s, MadMen, ostras, camarones, langosta… palabras mágicas para mis oídos, ojos y estómago, debía ser nuestra primera parada!!!
Aunque está en el corazón del distrito financiero, se ubica muy discretamente sobre la calle Sacramento, por fuera no es ostentoso pero al entrar es algo realmente bello.
Probamos la selección de ostras de ambas costas, el Marlowe shrimp roll sandwich con papas fritas, todo espectacular! el sabor a mar fresco combinado con las salsitas de las ostras chili, cocktail y mignonette fueron algo deliciosísimo!!!
Hotel des Arts 447 Bush St, San Francisco, CA 94108
No pudimos encontrar un hotel con mejor ubicación que este, fue perfecta la ubicación y el servicio maravilloso, Celia la manager nos hizo favor de colocar una cuna en la habitación para que estuviéramos más cómodos, y no un pack and play, como nos colocaron en el hotel donde nos quedamos la bebé y yo en Milano, sino una verdadera cuna, ya con eso se ganaron mi corazón.
El hotel está localizado entre Union Square y Chinatown: perfecto!!! amamos el hotel.
Chinatown y Little Italy (North Beach)
Es menester de viajero caminar por estos barrios, detenerse por un café, un gelato, una cerveza, un té… nosotros somos amantes de caminar y caminar, “perdernos” y encontrar tesoros que solamente se encuentran caminando y deteniéndose en los lugarcitos más encantadores.
Nuestro hotel se encontraba a un paso de Chinatown, aprovechamos la tarde que llegamos para pasear relajadamente, aunque habíamos almorzado muy bien (pero no habíamos desayunado) teníamos nuestras comidas un poco corridas, pasamos frente a un restaurante vietnamita al que no nos pudimos resistir, la fachada pintoresca, su interior llena de persona locales y una anfitriona que prácticamente no hablaba inglés hizo darnos cuenta que era el lugar correcto y tomamos un Pho exquisito, el lugar se llama Golden King y es ex qui si to!
Caminando encontramos mil tiendas, por supuesto, pero una específica de tés finos me enamoró, porque el té me encaaantaaa!!!! Compramos té de lavanda y flores de té, habría querido llevarme la tienda entera!
Llegamos a North Beach y sus tiendas delicatessen son de muerte lenta, es una experiencia el simple hecho de entrar, escuchar el acento italiano, ver las carnes, oler los quesos… uuufff!!! dan ganas de comerse todo! todo es tan delicioso, tan bien hecho, tan de buena calidad!
Nos detuvimos por un café, luego por un gelato… caminamos por el parque, yo me senté a disfrutar de cómo la bebé y Jorge jugaban. Y por supuesto, la bebé hizo amigos como siempre a donde va… fue una tarde perfecta.
Sini 322 Kearny St, San Francisco, CA 94108
Salimos a comprar pañales a Target (cualquier pretexto es bueno para ir a Target y teniéndolo en la esquina tenía que aprovecharlo) y de regreso, camino al hotel nos topamos con este lugar que fue perfecto para cenar. Buscábamos comer algo sabroso, Jorge tenía hambre normal y yo sólo quería picar algo, como estábamos cansados y nos esperaba una gran travesía al día siguiente no queríamos ir a un lugar de plato servido sino algo fácil, rico y rápido, éste lugar fue perfecto. Súper sabroso, de verdad nos impactó la frescura, el sabor y el precio.
Su especialidad es la comida fusión turca, el pan pita es hecho allí mismo horneado en el momento, me arrepentí de no haber tenido hambre, porque lo que pedí estaba buenísimo, habría querido tener hambre para probarlo todo :) probamos la berenjena ahumada con yogurt y Jorge pidió un bowl vegetariano de berenjena rostizada con arroz, vegetales y hongos. Todo buenísimo!!!
Recorrido en bicicleta por la ciudad
Empezamos el segundo día con un desayuno completo en un clásico diner retro, luego fuimos a recoger las bicicletas. Investigamos e hicimos la reservación con anticipación para conseguir un mejor precio (20% de descuento), el lugar fue Blazzing Saddles, nos pareció la mejor opción y estaba a un par de cuadras del hotel. Las bicicletas no excelentes, pero aceptables con buenos frenos que es lo más importante y un excelente servicio, Jorge fue el encargado de la bicicleta con silla de bebé para Carmela y yo iba en otra bici. Jorge es experto expertísimo en bicis, lo cual además que le confío mi vida y la de la bebé, en tema de bicicletas las confío doble, y así empezó nuestra travesía sobre ruedas en subidas y bajadas!
Nuestra primera parada fue en Mash, una tienda de bicicletas (de culto), una de las favoritas de Jorge y que estábamos muy ilusionados de visitar.
Continuamos el recorrido por Dolores Park, Ashbury Heights, el Jardín de Té Japonés que es una joyaaa!!!, la orilla de la costa, el mirador para ver el Golden Gate y finalmente Fisherman’s Wharf donde comimos el tradicional clam chowder y otras delicias locales.
Frente al Fisherman’s Wharf se encuentra el Musée Mécanique y Jorge moría por ir, es fan de las maquinitas y quería ir. Yo honestamente no soy tan fan pero fuimos (siempre nos hacemos ganas!) y la verdad es que habría sido un error no entrar, el museo es muy sencillo pero tiene una de las colecciones más grandes del mundo de máquinas de juego antiguas, de hace un siglo o más, son verdaderas obras de arte que no se ven comúnmente y lo mejor de los mejor: cabinas fotográficas antiguas! (¡que amooo!!!) de película y proceso de revelado e impresión análoga y no digital como las nuevas que honestamente la mayoría son muy malas. La tirita de cuatro fotos que nos tomamos allí Jorge, la bebé y yo, es de mis recuerdos (físicos) favoritos del viaje, sino mi favorito, amé esa tirita que reúne toda la felicidad y amor infinito.
Y de allí, de regreso a devolver las bicicletas… casi muero pero sobreviví y valió mil veces la pena. Si van a San Francisco, de verdad, aunque no sean tan deportivos es algo que vale la pena, en bicicleta se tiene una perspectiva diferente de la ciudad, es algo único, aunque no sea un recorrido tan largo, aunque sólo sean unas cuadras, los invito a darse el chance y probar algo súper bello.
Museum of Ice Cream 1 Grant Ave, San Francisco, CA 94108
También ubicado a la vuelta de nuestro hotel! no les digo que encontramos la mejor ubicación?!
Compramos las entradas desde el principio de nuestra planeación del viaje para el primer turno de ese día, llegamos antes que abrieran y cuando llegó el momento fuimos tres niños felices en una tienda de helado! Lo maravilloso de este museo es que es un museo interactivo para que los adultos nos sintamos verdaderos niños y lo disfrutamos al mil. La experiencia que dura más o menos dos horas, fue hermosa y muy divertida, además de probar helados deliciosos. Jorge me decía “si vivieramos aquí un galón de cada uno me llevo a la casa”… delicioso! el de churro fue mi favorito <3
Si viajan durante diciembre a San Francisco pueden comprar las entradas con 20% de descuento al utilizar el código WEALLSCREAM, este código nos lo dieron al salir y yo se los comparto a ustedes por si les sirve.
San Francisco Museum of Modern Art SFMoMa
Dejamos lo mejor para el final para cerrar nuestra visita y nuestra espectacular luna de miel familiar con broche de oro. Uno de los mejores y más importantes museos de arte moderno con un exposición extraordinaria de René Magritte.
También compramos las entradas con anticipación, ya que por ser uno de los últimos días de la exhibición se agotarían fácilmente, de hecho cuando llegamos ya no habían tickets.
Amamos el museo y lo vimos todito! lo disfrutamos al mil hasta que nos sacaron hahaha!!!. La exposición de Magritte fue algo hermoso y muy especial, una de sus obras (de una colección privada) no había sido exhibida anteriormente y no se podía siquiera fotografiar, algo súper especial.
La bebé se la gozó, durmió la siesta (tardamos muchas horas allí), se volvió a despertar y de nuevo se lo gozó todo, Jorge y yo quedamos maravillados y con ganas de volver.
Con este viaje quedamos verdaderamente extasiados, todo fue un éxito (aunque por supuesto que siempre hay eventos inesperados). Y como siempre en cualquier gran ciudad del mundo el tiempo jamás alcanza y aunque dejamos muchos lugares en el tintero, nada nos hizo falta!
Por más aventuras en familia, por más amor y más tiempo para otra luna de miel! saluuud!!!