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Milán con niños: lo más recomendado

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En febrero les compartía el post “Milán en un fin de semana: La lista de lo imperdible” y ahora que volví con Carmela, hago de nuevo la lista de las recomendaciones pero esta vez, viajando con niños pequeños, en mi caso, viajando con una niña pequeña de un año y tres meses.

Volví por trabajo y aunque la primera parte del día, al igual que el viaje anterior, era dedicado a trabajo, la segunda parte la aprovechamos al máximo y logramos visitar todos los lugares que nos propusimos, sobre todo, los que había dejado pendiente anteriormente, con la excusa de volver ;)

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Primero que nada a considerar en esta ciudad (al igual que en muchas ciudades en Europa) si se viaja con niños pequeños, es el desplazamiento, un travel stroller o carruaje liviano especial para viaje es vital. Aunque moverse en metro es súper súper súper fácil y muy sencillo, deben tomar en cuenta que, a pesar que en la mayoría de estaciones hay elevador, en algunas no hay ni elevador, ni gradas eléctricas o en algunas donde sí hay elevador, éste es demasiado asqueroso más allá de cualquier suciedad, lo que hace necesario tener que sacar al bebé de carruaje y subir las gradas cargando bebé en un brazo y carruaje en otro. Y en este caso, respecto al carruaje de viaje no cambio por nada del mundo el GB Pockit de Bebé Juguetón. 

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El tranvía es un transporte menos fácil porque hay que tener bien claro y estar familiarizado un poco más con las rutas, es un sistema de transporte menos cómodo para viajar con carruaje porque el vagón es más pequeño y angosto, pero aún así el GB Pockit sacó la tarea exitosamente, es tan liviano que no falla.

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El Duomo, lo dije y lo repito: ¡lo más hermoso y majestuoso de la ciudad! No importa cuantas veces se visite, aunque vivas en Milán, el Duomo siempre es impresionante, nunca deja de ser bello y sorprendente.

Para los niños es un buen lugar para descansar o jugar con las palomas, pueden correr de un lado a otro y cansarse, o descansar y probar un cannolo y así tener la energía suficiente para seguir adelante con la visita.

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Fondazione Prada, se ubica al sur de la ciudad y es un museo que los amantes del arte y el diseño no se pueden perder, había quedado pendiente en el viaje anterior y esta vez fue nuestro primer destino a visitar. El museo comparte estructuras antiguas (lo que era una destilería de principios del siglo pasado) con nuevas, logrando un diálogo genial entre la preservación y la creación. Mezcla esa paleta gris tan milanesa con un dorado, oro total, fascinante.

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La colección permanente en Torre, es ideal para la estimulación artística de los niños, nos la disfrutamos viendo las formas, los colores, la escala de todas las obras, sobre todo de los tulipanes de Jeff Koons que es un ejercicio excelente para estudiar los colores con niños pequeños.

Regularmente, los niños si son estimulados, se gozan los museos de arte (y los museos en general) son los adultos y sus prejuicios quienes ven a los museos como algo aburrido algunas veces… yo los amo y deseo compartir ese gusto con nuestra bebé desde ya y para siempre.

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Bar Luce, dentro de Fondazione Prada es en sí mismo una obra de arte. Es EL café diseñado por nada más y nada menos que ¡Wes Anderson!!! y que recrea la atmósfera de un café milanés típico sacado de una película de Anderson a la vida real. Tomamos un café y comimos el pastel rosado tradicional del bar “torta rosa”, bizcocho de almendra perfecto relleno de crema y forrado de mazapán exquisito. Estuvimos hoooras, llegamos antes de visitar el museo porque no habíamos almorzado y volvimos después de la visita porque la bebé y los meseros bellos se hicieron grandes amigos, entonces tuvimos que volver porque ellos querían seguir jugando con Carmela.

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Si bien no se puede visitar Milán y no probar la Cotoletta alla Milanese conocida como milanesa (aunque varía exponencialmente con la que conocemos por estos lares), tampoco se puede dejar de probar el Risotto alla Milanese y esta vez lo comimos en Peck, que está solamente a un par de cuadras del Duomo y me había sido recomendado por una amiga que vivió en Milán. ¡Es una delicia! su color dorado es característico debido al azafrán y su sabor particular se debe a que es hecho con tuétano de res.

Yendo de arriba a abajo, nos dio la hora del biberón o pacha, frente a nosotros estaba el Bar Campari, lugar ideal para tomar un coctel mientras la bebé tomaba su leche… una mamá y una bebé felices cada quien en lo suyo. Y es que a quién no se le antoja un Campari en Italia durante una tarde calurosa… este bar es ideal, una barra amplia y todos de pie (es una barra) un carruaje pequeño cabe perfectamente y todo el mundo feliz.

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Nuestra amiga Ariane -quien vive en Milán, y fue quien leía el blog y cuando fui la vez anterior me envió la lista de lo que no me podía perder-… ahora pudimos vernos en Milán y nos invitó a un lugar extraordinario, donde la especialidad son sandwiches de pescado y mariscos ¡uuufff!!! ¡deliciosísimos!!! Pescaria, un restaurante que nació en Polignano a Mare y que debido a su éxito abrió también en Milán. Como amantes del pescado y mariscos fuimos felices, compartimos un sandwich con la bebé y ambas quedamos a tope (y eso que la bebé come bastante… y yo también), todo es fresco y hecho desde cero ¡hasta la ketchup! y la cereza del pastel son las papalinas que son fritas en el momento y hasta calientitas son pasadas a la mesa.

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Triennale, museo de arte y diseño, es otro museo perfecto para la estimulación de los niños. Situado en el Palazzo dell’Arte con espacios amplios y una museografía dinámica y entretenida es un mundo de aprendizaje para pequeños y grandes.

El parque del Castello Sforzesco es ideal para llevar a los niños a jugar, la caminata cae muy bien y queda justo a la par de Triennale, en nuestro caso sirvió para que yo pudiera descansar porque la bebé iba dormidísima después de nuestra visita al museo.

Navigli, ideal para un paseo en domingo ya que domingo muchos negocios y tiendas no abren, la visita a estos canales es muy entretenida y se puede comer muy bien en los restaurantes de los alrededores. Eso sí, doble protector solar a niños y adultos porque es necesario por el sol y el reflejo del agua.

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Si algo disfruto hacer es caminar y caminar, y uno de mis lugares favoritos es alrededor de Porta Garibaldi, alli están varios de mis lugares favoritos: Corso Como, Corso Como Café, Seletti, Eataly para llevar manjares a casa, etc. Los edificios a los alrededores son una joya y para el calor o cansancio una granita alla mandorla o granita de almendra es deliciosa. La bebé se gozaba los paseos, iba en su carruaje viéndolo todo hasta quedar exhausta.

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Y como todo con los niños, a tener paciencia y aplicar el 4x4 todo terreno que así como toca el cambiador con más diseño del mundo, toca estación de metro en hora pico o baño sin cambiador ni espacio… pero siempre, todo… ¡bien gozado!

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