PANTONEMAGENTA

¿Por qué nuestra hija es hija única?

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La semana pasada tuve una reunión el día miércoles y con quien tuve la reunión, quien ahora es mi cliente, tiene una hija única (igual que yo) y entre la plática tocamos el tema, ambas nos sentimos identificadas la una con la otra y me dice "deberías hacer un post del tema”, y aunque ya lo había pensado porque muuucha gente me pregunta, lo tenía en el tintero hasta que a partir de esa reunión conté las veces que me lo preguntan en la calle (desconocidos más que nada) y seguidoras en Instagram, un promedio de dos o tres veces al día sale a relucir el tema… todo empieza con algo bello como “que linda su hija” a lo cual me siento la más feliz, orgullosa y agradecida por el cumplido y luego la pasión muere cuando me dicen “¿la primera?”, respondo: “La única.” Seguido la mayoría de veces, de un “ay no! ¿por qué?” o hasta de de un “ay no! no diga eso, así dice uno y ya va a ver que cuando viene el otro va a estar re feliz” o algo similar.

Cómo explico lo que quisiera contestar cuando me hacen esa pregunta seguida de los demás comentarios… mejor lo desmenuzo y les cuento por qué, empezando a hablar del tema, aclarando que ésta es mi muy personal postura a cerca del tema y son mis razones, nuevamente aclaro, muy personales. Y tampoco tiene que ver con los demás, quienes tienen dos o más hijos, o desean tener muchos hijos, así que si tienen varios hijos no se lo tomen personal por favor, que esto tiene que ver conmigo, mis capacidades y prioridades y no con ustedes.

La razón principal y número uno, es muy simple: no deseo tener otro hijo y creo que con esta razón debería bastar. El embarazo de nuestra hija fue perfecto, el parto fue perfecto y hasta mágico, y nuestra hija es una niña maravillosa, así que no quedé traumada en absoluto con el proceso de su venida al mundo. Al contrario, fue y ha sido demasiado bueno afortunadamente. Tanto que con las personas más cercanas, suelo bromear que cuando uno está en Las Vegas o donde sea que el juego es bueno, y se va ganando, lo más sensato para mí sería retirarse con todos los miles de dólares o euros en la bolsa y no seguir jugando, por eso, de la mesa del embarazo y de la maternidad, me retiré ganando. Pero la sencilla razón es que no deseo otro hijo, deseo a Carmela y no más. Siempre he sido muy segura y muy clara de lo que quiero y de lo que no quiero de la vida y si al principio siendo más jóven, efectivamente no siempre supe lo que quería y es normal, ahora que soy una mujer madura, consciente y clara de mi vida, mis deseos y mis decisiones, tengo claro que deseo una hija única. Un segundo hijo no me haría feliz y para ser una buena madre y criar hijos felices debo ser primero yo una persona feliz.

Fotografía por Carmen Maldonado para Female Class Project.

Fotografía por Carmen Maldonado para Female Class Project.

Carmela fue planeada y buscada durante mucho tiempo y no lo logramos. Llegó cuando no la buscábamos más, nos habíamos hecho la idea de no tener hijos y estábamos bien con ello. No fue buscada ni planeada, mas fue deseada y cuando llegó, fue querida desde el primer instante. Cuando buscamos tener un bebé, siempre hablamos de un bebé no de bebés, de hecho es por eso que nunca buscamos un tratamiento de fertilidad, me aterraba la idea que existiera la posibilidad de tener más de un hijo con el tratamiento. Nadie sabe lo que es ser padre o madre hasta que se es padre o madre y después de tener a nuestra bebé estuve aún más segura de mi decisión de ser mamá de solamente ella. Recuerdo bien cuando le dije a Jorge, estando todavía embarazada, que definitivamente Carmela sería nuestra única hija.

Y hablo desde mi perspectiva porque a pesar que somos padres en equipo con Jorge, y a Carmela la hicimos entre los dos, fui yo quien la tuvo conmigo, quien la parió y eso me hace tener la primera palabra respecto al tema de los hijos. Jorge lo sabe y respeta el hecho que es la mujer quien tiene a los hijos, es su cuerpo y por eso es su decisión.

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La segunda razón es porque estoy segura en afirmar que un hijo no es un freno sino un catalizador y para mí, un segundo hijo si sería un freno porque no me permitiría hacer muchas cosas a las que estoy acostumbrada y que deseo hacer. La dinámica con un bebé es muy diferente a la dinámica con dos, con Carmela bebé somos un equipo, y así como hay deportes que requieren de un jugador, como el tenis y que además existe la modalidad de parejas, claramente no se puede jugar tenis en tríos… y así es la vida, algunos somos tenistas y otros son basquetbolistas o futbolistas que necesitan o requieren muchos jugadores.

Yo tengo necesidades como persona individual, nuestra bebé tiene necesidades igualmente como persona individual, y en lo personal, considero que el tiempo, esfuerzo y dedicación que tanto yo como nuestra bebé requerimos no da cabida a un segundo bebé. Criar un hijo es un reto muy grande y muy importante que requiere mucho esfuerzo y dedicación, con otro niño no tendría el mismo esfuerzo y dedicación que tengo con nuestra bebé. Ser mamá de nuestra hija es algo que disfruto, me gusta hacerlo detenidamente con intención, no quisiera que dejara de ser así por nada. Como mencionaba en el post del día de la madre este año: “Ser madre es algo hermoso y trascendental para quien lo desea, no es algo que deba ser tomado a la ligera, tampoco se trata de tener muchos hijos y tenerlos “rapidito” para salir de ellos, es la mayor responsabilidad que un humano puede tener…”.

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La tercera y última razón, pero no menos importante porque juntas las tres razones son integrales, es el estilo de vida y el presupuesto. Si algo como padres queremos para nuestra hija es darle todo lo que necesite, una buena alimentación, buena educación, acceso a los mejores servicios de salud, los recursos adecuados para desarrollar sus capacidades al máximo, etc. y todo eso requiere mucho tiempo, esfuerzo y dinero, sólo empezando con la altísima mensualidad del seguro de salud, no podríamos pagar una prima mayor a la que tenemos. Al igual que el seguro, prácticamente nada tiene descuento familiar, ni los colegios, ni los buenos restaurantes, ni las líneas aéreas, ni prácticamente nada.

Como individuos, como pareja y como familia, tendríamos que renunciar a cosas, que para nosotros son importantes, si existiera un segundo hijo. No podríamos darle a dos, lo que le damos a una. Necesitaríamos que el presupuesto se multiplicara y que a mi me saliera otro brazo porque uno es mío, otro de Carmela bebé y no tengo más manos; la ayuda no es negociable, personalmente no me gusta depender de la ayuda de alguien más para hacer algo que deseo hacer de manera exclusiva como es la crianza diaria a tiempo completo de nuestra hija y si bien Jorge hace un excelente trabajo como padre, no podría renunciar a su trabajo de todos los días como lo hice yo, porque uno de los dos debe hacerlo y no podemos darnos el lujo de ser ambos quienes se encargan de la crianza diaria a tiempo completo.

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Igualmente aunque fuéramos millonarios tipo Jeff Bezos, el dueño de Amazon que es más millonario que el súper millonario y más conocido Bill Gates… aún así, yo no tendría otro hijo, por la razón uno y por la razón dos que antes mencioné. Con eso aclaro también la típica pregunta que me hacen “Ay pero si fueras millonaria y tuvieras todo el dinero del mundo, ay! ¿entonces así si tendrías otro bebé?” Con más dinero posiblemente tendría aún menos deseos de tener otro bebé porque tendría más oportunidades de hacer otras cosas que me interesan más hahahahaha!!! Posiblemente ayudar a otros niños que ya existen y que no tienen nada sería una buena idea con todos esos millones.

Como pareja, nuestra prioridad después del nacimiento de nuestra bebé era operarnos para no tener más hijos. Repentinamente me encontraron células atípicas precancerosas en el útero y aunque el doctor me dijo que si deseaba tener otro bebé podía recibir un tratamiento para lograr tener otro bebé y después hacer la histerectomía, decidí hacérmela de una vez porque la matriz ya no me era necesaria.

Y esas son mis tres razones a grandes rasgos, porque podría seguir profundizando, pero es un post y no una tesis.

Admiro tanto el trabajo que hacen algunas mamás que conozco con dos y hasta tres hijos, empezando por la mía que a mi edad ya tenía tres hijos y encima de todo no tenía a una pareja con quien de verdad hacer equipo, y siempre fue una mamá excepcional que nos dedicó todo el tiempo, amor y esfuerzo humanamente posible y existente; ver a mi hermano es el epítome del buen trabajo que hizo como la mamá espectacular, amorosa, atenta e inteligente que siempre ha sido. Yo no podría haberlo hecho. Y por el otro lado, como he dicho y repito, admiro a quienes tienen claro que no desean hijos en su vida.

Finalmente lo que me encanta es que cada uno esté claro en lo que desea y en lo que no desea para ser feliz, lejos de presiones, estereotipos o falta de inteligencia emocional.