Para el día de los niños Carmela, nuestra hija de tres años, quería una muñeca o un muñeco bebé, fuimos a la tienda y rápidamente tomó una muñeca muy parecida a ella. Habían unos cinco o seis modelos diferentes de la misma muñeca y pensando que no había visto los otros modelos, le dije: “¿esa es la que más te gustó? mira hay más… esta se llama Astrid, esta Eva, este Simón…” e instantáneamente me dijo “¡Simón!, ese quiero” y tomó al muñeco de nombre Simón que era un muñeco negro. El nombre lo traía escrito en la caja y le dije “se llama Simón, ¿quieres que se llame Simón o qué nombre le vas a poner?” y ella me respondió “¡Sí! Simón como Nina Simone”… no pude estar más feliz de la educación que le hemos dado, ella escogió al muñeco porque Nina Simone es alguien que admira, conoce muy bien la historia de su vida, le encanta su música y así como a Nina Simone admira a muchas mujeres de color como Ella Fitzgerald, Simone Biles (más ahora que va a gimnasia), Serena y Venus Williams, Rosa Parks… ese contacto que tiene con personas diversas no es casualidad, es porque en casa se lo hemos enseñado.
En un mundo de tanta intolerancia, de tanto racismo y discriminación, enseñar a nuestros hijos que todos los seres humanos tenemos el mismo valor infinito, los mismos derechos, la misma dignidad aunque por fuera seamos todos diferentes y esas diferencias nos hacen únicos e irrepetibles, es obligación como padres, ya que nuestra obligación y deber es criar buenos seres humanos.
Hace un tiempo, intentaba (yo y muchos seguramente), combatir el racismo y la discriminación con frases como “todos somos iguales”, pero esa frase no solamente no es cierta (por supuesto todos somos iguales por dentro, pero en la vida práctica, en el exterior, nadie luce igual que otro) sino se queda corta en la lucha contra la desigualdad de derechos; negar las diferencias es negar la verdad de lo que somos. Siendo mamá comprendí la importancia de hablar de lo diferentes que podemos lucir los seres humanos unos con otros y que esas diferencias nos hacen más fuertes como personas individuales, amar nuestras diferencias y valorar las diferencias de los demás nos hacen más únicos como individuos - en lo que a mí respecta yo no quisiera ser idéntico a nadie y amo ser diferente - y como sociedad nos fortalece.
Frases como “tan lindo el niño canchito - güerito - rubio” (blanco en jerga local), “es morenito pero bonito”, “afortunadamente no salió (el niño) prieto como el papá”, “lástima que tan morenito” “puro indio”… y muuuchas frases similares, seguramente son cosas que hemos escuchado muchísimas veces a lo largo de nuestra vida. De nosotros depende romper el ciclo y poner un alto, y que ese tipo de expresiones no sólo, no sean familiares en el entorno de nuestros hijos, sino enseñarles a tener el criterio para que al escucharlas a lo largo de su vida, les ofenda ese tipo de comportamiento ajeno y sean capaces de hacer su voz escuchar y ponerle un alto a quien dice algo similar.
Primero que nada, los padres debemos de estar conscientes que nuestro ejemplo es el más grande educador de nuestros hijos, si los padres son racistas (no se necesita ser Nazi para serlo, el hablar de “rubio más bonito” “tan prieto” “tan indio” es racismo) es casi seguro que los hijos lo sean… si los padres son anti-racistas es casi seguro que los hijos lo sean también.
Después del valiosísimo ejemplo, creo necesario exponer a nuestros pequeños a la diversidad. Las diferencias en colores de piel, un bebé lo percibe desde los tres meses de edad por ejemplo, y si este bebé está expuesto únicamente a un mismo tono de piel, creerá que eso es lo normal… deberíamos enseñarles a nuestros hijos que muuuchos colores diferentes de piel es lo normal y que todos y cada uno es bello. Si un niño o niña pequeña cree que un color de piel es feo, es porque lo aprendió de alguien.
Mientras exista el racismo debemos esforzarnos por ser lo contrario a ello, en temas como estos no podemos tomar una postura neutra, tomar una postura neutra es no hacer nada y el no hacer nada nos pone del lado del opresor porque nos convierte en cómplices.
Yo no soy experta, no soy psicóloga ni master en este tema, yo soy mamá de una niña que mi mayor sueño es que sea una buena persona, que crezca teniendo amor en su corazón y criterio bien puesto en su cabeza, que sea capaz de reconocer y diferenciar lo bueno de lo malo y sea capaz de luchar a favor de lo bueno y en contra de lo que está mal para construir un mundo mejor.
Hablémosle a nuestros hijos del tema y no le “huyamos” al tema por ser un tema que puede ser incómodo o difícil de abordar, mientras antes los preparemos respecto a la diversidad será mucho más enriquecedor para ellos y nosotros como familia, expongamos a nuestros hijos a la diversidad, ellos aprenden y comprenden de manera práctica y son empáticos por naturaleza (hasta que alguien les enseña a no serlo) a través de libros de diversidad, donde los personajes son diferentes a ellos y nosotros les contamos y les leemos el libro de manera empática, interesante y amorosa, abriéndonos a aprender acerca del personaje.
Promovamos que nuestros hijos vivan en ambientes de diversidad, donde cada niño pueda ser diferente uno del otro y por supuesto no me malinterpreten y no quieran ver cosas donde no hay… ser blanco y rubio no tiene nada de malo, pero si nuestros hijos solamente tienen amigos blancos, entonces si hay algo que no está funcionando muy bien, sobre todo en países como el nuestro, donde ser blanco es lo menos común y aún así es el “ideal de belleza y/o bondad.”
Si es un hecho y donde se vive es un lugar donde no hay diversidad, aún así podemos enseñarles a nuestros hijos y hablarles del mundo como es: diverso y podemos exponerlos a la diversidad a través de libros, películas, juguetes (como Simón), comida, etc. Y así debe ser, sea donde sea que vivamos, debemos buscar activamente criar niños con un mundo y visión humana, amplia e inteligente. Y para ello los libros y los juguetes deben ser para educar y enseñarles a nuestros hijos, hablémosles de personajes históricos y héroes de todos los colores, ¿y si les gustan las princesas? pues enseñémosles que las princesas no sólo son rubias de ojos claros, son igualmente negras, morenas, latinas, indígenas, asiáticas…
¿Por qué un muñeco negro es un excelente regalo? porque si cuidan y aman a su muñeco, será muuuy difícil que cuando crezcan sean personas que discriminan a alguien de color, o no les pasará por la cabeza la idea que ser negro es feo. Porque no sólo los muñecos blancos son lindos… los negros también son lindos, porque si nuestros hijos juegan con niños de todos los colores, leen libros con personajes de todos los colores y juegan con muñecos de todos los colores y no para que el negro sea el malo o le haga la limpieza a la muñeca blanca… habremos criado niñ@s que luego serán adultos que valoran a las personas de todos los colores.
Seamos padres que construyen un mundo mejor y más feliz para todos al lado de nuestros hijos, y que sembremos para las futuras generaciones, amor.
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