PANTONEMAGENTA

La pandemia, un año después. 5 lecciones que he aprendido

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En mi opinión, creo que nadie nunca imaginó ésto que iba a pasar, hace un año no teníamos idea, que más de 365 días después, ésto aún continuaría… y si me hubieran dicho lo mucho que iba a aprender, tampoco me lo hubiera creído. Con Jorge tenemos una broma interna, éramos fans de The Walking Dead y solía decirle “a mí que me coman en los primeros capítulos, vivir así que hueva!…” ahora, aunque por supuesto, ésto y los zombies no es lo mismo, no sé si realmente me dejaría comer en los primeros capítulos de la primera temporada…

En fin… hace seis meses, hoy y dentro de diez años, recordaremos esta etapa y nunca nos creeremos todo lo que pasó la humanidad, así de grande ha sido este acontecimiento histórico que nos cambió y nos revolvió el mundo a todos, no sólo a unos, a todo el mundo… a to-do el mun-doooooo.

 

Entre todo lo incómodo, incierto, desagradable… de esta etapa, lo que más más más me duele es mi mamá. Para el día de hoy, un año y once días de no abrazarla, de no compartir con ella como lo hacíamos hasta el viernes 13 del 2,020… casi a diario nos veíamos y Carmela bebé y su abuela que se aman con locura compartían tanto… desde hace más de un año todo es a la distancia. Eso es lo que más me duele. Y a pesar que eso es lo que más me parte el corazón, he aprendido de ello.

1. Mi mamá es la persona más fuerte que conozco. Un metro sesenta y pico, tal vez sesenta y cinco y más o menos 100 libras y es la persona más fuerte que conozco, la admiro y de ella aprendo, porque el espíritu de esa mujer es inquebrantable. Más de un año de estar en su casa sin salir más que a la puerta, después de ser siempre tan activa e imparable, ha estado en su casa sin salir. Y muchos me dicen que hay maneras de hacerlo con cuidado y simplemente no queremos jugárnosla, quedándose en casa es la única manera de evitar enfermarse, y aún así siempre hay un pequeño riesgo, no hay una manera mejor de evitar la enfermedad. A mi mamá hace 4 años le dio Chikungunya y su sistema respiratorio se debilitó, así que no quisiéramos que experimentara esta nueva enfermedad que lo que ataca es precisamente el talón de Aquiles de mi mamá.

Cada vez que la veo desde la puerta de su casa o hablamos por teléfono le pregunto lo mismo “¿de verdad estas bien? ¿cómo estás? ¿qué necesitás?” y su respuesta es siempre la misma, pero no la misma como grabadora que repite y repite lo mismo, siempre me dice lo mismo porque realmente se siente así, me dice que está bien, que no me preocupe que está feliz porque tiene a Dios en su corazón y que Dios y la Virgen nos cuidan y nos dan fuerzas para pasar esta etapa, que cada vez estamos más cerca del día que nos podamos ver como antes y que el mundo vuelva “a estar como antes”, porque a ella no sólo le importamos nosotros, por supuesto somos quienes más le importamos, pero a mi mamá le importa todo el mundo. Ella no se quiebra, no porque se haga la fuerte, ella no se quiebra porque su espíritu es verdaderamente fuerte. Leyendo el Hombre en busca del sentido de el maravillosísimo Viktor Frankl me doy cuenta que él y mi mamá son una especie de almas gemelas y de haberse conocido, habrían sido los más grandes amigos.

 

2. Carmela, nuestra hija, me ha enseñado a ser resiliente, porque ella lo es. La palabra resiliencia se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada, indica “volver a la normalidad” dentro de la misma “nueva situación”. Y por supuesto que la situación le afecta pero se adapta, y eso es lo grande de la resiliencia, esa capacidad de adaptarse a la situación que se presenta.

A mi me cuesta muchísimo ese “adaptarme”, dicen que entre mayor es la persona, más le cuesta el cambio y es cierto. A mi me gustan los planes escritos con sangre en piedra, las agendas, mi rutina establecida por mí misma… y sufro cuando cambia o se altera por factores externos que no puedo controlar. Soy control freak y esta situación vino a cambiarlo todo, todo, todo, todo… y tuve que adaptarme y Carmela me ayudó y me ayuda a ello. Ella tiene esa capacidad camaleónica mágica de adaptarse fácilmente y por eso hacemos tan buen equipo. 

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 3. El oro definitivamente se prueba en el fuego, y el estrés que hemos vivido como individuos, repercute directamente en la relación de pareja. En ocho años juntos, en los primeros siete no habíamos discutido tanto como en el último; la pandemia para mi ha sido equivalente a tensión y aunque me logre más o menos adaptar y allí voy trabajando y navegando en ello, siempre hay una tensión invisible, allí está el monstruo pandémico que lo puede cambiar todo en un segundo, que aunque no te contagie de Covid, te contagia de incertidumbre. Jorge ha sido mi mayor apoyo.

Creo que la pandemia vino a revolucionar el mundo y nuestro pensamiento, nuestra visión de la vida y para quienes deseamos tener una pareja, vino a repercutir grandemente en el tema, al punto de estar juntos “en la salud y en la enfermedad… en la pandemia o en la no pandemia”. Este acontecimiento vino a acabar con relaciones posiblemente de muchos años y también fortaleció otras… y allí es a donde voy, aunque ya me fui por otro lado en el tema pero creo que es importante hacer un énfasis… así como la pregunta de “¿a quién escogerías para quedarte varada en una isla desierta?” creo que ahora podría ser “¿a quién escogerías para pasar una pandemia como ésta?”. Yo, sin dudar, escogería a Jorge.

Lo que aprendí es que lo de “all you need is love” no es cierto del todo, lo vital es all you need is love y mucha inteligencia emocional.

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 4. Aprendí que muchas cosas que creía importantes no lo eran por completo, no lo eran tanto o de plano no eran importantes, aprendí que muchas cosas que creía importantes son aún más importantes de lo que creía. Y esto es un buen ejercicio de introspección, hacer una lista y calificar cada punto de la lista… es interesante como ha cambiado nuestra perspectiva de la vida, para bien entre todo lo malo que ha podido pasar, que seguramente puede ser mucho… porque a pesar de lo malo que todo esto ha traído, creo que hay que rescatar lo positivo, para que todo lo que hemos pasado tenga valor y no sólo sea una pesadilla. No se compara, por supuesto, pero si el holocausto, que ha sido de lo peor que le ha podido pasar a la humanidad, trajo tanto aprendizaje como es el caso de, vuelvo a mencionarlo y lo repito porque el hombre es genial, Viktor Frankl, y que si no lo han leído se los recomiendo. Cómo esto, que por supuesto ha sido una tragedia llena de tantas pérdidas en todos los sentidos a todo el mundo, pero que queda muy por debajo del sufrimiento de un campo de concentración, no nos va a dejar al menos una enseñanza positiva. 

 

5. Y este último punto es una lección y agradecimiento al mismo tiempo. Agradezco y me siento satisfecha y hasta feliz, a pesar que casi diariamente me saca un poco de bilis… no haber renunciado al home school. Esto es algo que todos quienes tenemos hijos nos ha impactado cual meterorito a los dinosaurios. Pero finalmente no es todo malo y dejamos de pelear con la idea, eso es lo que de cierta manera es lo que nos hace sentir bien, que dejamos de pelear con ello y el proceso ha sido mucho mejor que el año pasado por ejemplo. Si bien no es el mejor método, lo más adecuado, y lo que sea, dejamos de poner resistencia y nos fuimos acostumbrando, y no es fácil, y nos altera la rutina, y nos hace correr, querer jalarnos los pelos y gritar, no es divertido… algunas veces sí lo es, y muchas veces queremos tirarnos de la ventana pero otras muchas veces también la pasamos genial en las clases. Y sobre todo ver lo  mucho que Carmela a avanzado en su conocimiento y ver los resultados de su aprendizaje nos hace dar cuenta que todo el esfuerzo ha valido y vale la pena.

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Piano para toddlers y casi todo el material de apoyo para home school / Juguetón Cemaco

Piano para toddlers y casi todo el material de apoyo para home school / Juguetón Cemaco

De haber podido escoger que pasara esta pandemia o no, por supuesto que no lo hubiera escogido, y como no depende de haberlo escogido o no y ya que estamos aquí, como en todo, he elegido hacer lo mejor que se pueda con la vida, que vaya si no la valoramos aún más, después de saber que la vida de todos ahora se ha mantenido caminando en una cuerda floja y que cualquiera puede caer… aunque la verdad es que la vida siempre ha sido frágil y no nos damos cuenta tan evidentemente a diario. Ya que tenemos vida hagamos de ella lo mejor que podamos, disfrutemos cada pequeña cosa buena que nos pasa, si no podemos abrazar llamemos por teléfono a quien queremos para escuchar su voz y vernos aunque sea a través de la pantalla… mientras haya vida, vivámosla y tratemos de ser felices. Como diría Joe en la película animada Soul: “No sé qué voy a hacer con mi vida, pero sí se que voy a vivir cada minuto de ella”.

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