Hace unos meses, siete para ser exactos, decidimos decorar un cuarto de casa que teníamos abandonado y volverlo un cuarto de té, la historia la compartí en este post "Antes y Después: El Cuarto Azul". Nuevamente tocó decorarlo... ahora será el cuarto de nuestra bebé y aunque sigue siendo "El Cuarto Azul" ahora será "El Cuarto Azul de Carmela".
Desde el principio sabíamos que seguiría siendo azul (el mismo tono de la casa de Frida Kahlo) fuera mujer u hombre nuestro bebé, pero habría que convertirlo en un dormitorio de bebé.
Lo primero y más importante: la cuna, al principio la ordenamos por internet, pero tuvimos un problema de disponibilidad y decidimos cancelar la compra, mientras tanto una amiga maravillosa, María, nos ofreció la suya junto con el cambiador que había sido de su hija y resultó ser perfecta! El tamaño y el diseño son justo lo que queríamos: simple, mínimal, escandinava = perfecta. Mi mamá había guardado durante más de treinta años el cambiador de cuando yo era bebé, pero es demasiado grande y en el espacio que tenemos no quedaba bien. La herencia de María fue ideal, el cambiador es justo lo que necesitábamos, lo único que nos faltaba era el colchón que se coloca encima y conseguimos el tamaño exacto en Bebé Juguetón.
Retiramos la mesa de centro de la salita que allí estaba, agregamos la cuna y el vestidor, y para hacerlo más acogedor agregamos un taburete de gnomo que siempre había deseado, una mesita auxiliar a la par de una silla de lectura o amamantar y colocamos más capas de alfombras una encima de otra, sobre la que ya teníamos antes, añadimos un runner de nubes de La Multicolor y otra alfombra de tigre para hacer el cuarto más divertido.
Nuestra idea desde el principio fue crear un espacio cómodo, acogedor, romántico y divertido. Incorporamos detalles que reflejaran eso y sobre todo amor, que como sabemos, el amor está en los pequeños detalles y que esos detalles tengan grandes significados. Colgamos dos atrapadores de luz, uno de gota y otro de colibrí, ambos atrapan la luz y la expanden, nuestra hija será luz en nuestras vidas y esperamos que esa luz la expanda y la refleje en otros; el colibrí es un ser maravilloso y mágico, es el único animal de la creación que se alimenta exclusivamente de elixir. Un corazón de luz, que es como el nuestro para nuestra hija; un conejo que trajimos de un viaje que hicimos con Jorge, haciendo referencia al conejo de "Alicia en el País de las Maravillas" para que su vida también tenga fantasía y que nunca se conforme con lo común y ordinario, que busque y procure magia en su vida.
Queremos que su cuarto sea más que una habitación, deseamos que sea un lugar que despierte su imaginación. Dejamos la pecera en el mismo lugar para que el sonido del agua la relaje y el movimiento de los peces la estimulen, hay arte en todas las paredes, compramos un teatrino de títeres para jugar con ella... queremos que todo su entorno sea para ella inspiración.