PANTONEMAGENTA

Gatos, embarazo y bebé

Como todos o casi todos saben desde hace tres años Máximo y Amelie, nuestros hijos gatos, forman parte de nuestra familia. Cuando supimos que tendríamos un bebé y fuimos al doctor, fue lo primero que le hicimos saber, que teníamos dos gatos y queríamos saber qué procedía. Entre todos los exámenes de rutina que tuve que hacerme (todos los exámenes del mundo! jamás me había hecho taaaaaaantos exámenes!) estaba el de toxoplasmosis, que es una enfermedad infecciosa causada por un parásito llamado "toxoplasma gondii" que quien la porta, si resulta embarazada afecta directamente al feto, y que está ligada en una gran parte de casos a gatos aunque hay otras muchas maneras de contagiarse... en fin, me hice el examen y afortunadamente dio negativo, lo que significa que tanto nuestros gatos y yo no somos portadores del parásito.

Tengo que aclarar que no soy experta en el tema médico, solamente quiero compartir nuestra experiencia sobre el tema desde mi punto de vista personal.

Algo que favorece a nuestros gatos es que nos fueron entregados a los pocos días de nacidos, nunca han salido de casa excepto el día que los llevamos a castrar y cuidamos mucho de su limpieza. Por lo que nunca han tenido contacto con otros gatos y no salen a la calle, no han estado expuestos al mundo exterior ni a sus peligros y enfermedades. Eso nos benefició mucho. 

Desde el primer momento ambos, Máximo y Amelie, supieron que yo estaba embarazada, los gatos son seres muy sensibles y perceptivos, los dos empezaron a portarse más cariñosos sobre todo Amelie, me imagino que por ser la hembra tiene esa conexión con su lado maternal. Generalmente se sienta en mis piernas pero desde el principio de mi embarazo se ponía sobre mi panza y mientras iba creciendo, más cómoda se ponía sobre ella, y ronroneaba, lo cual me gustaba mucho porque sentía que de alguna manera ella se comunicaba con la bebé. Máximo no es tan cariñoso pero aún así se sobaba en mis pies y piernas mucho más que de costumbre.

Mientras más se acercaba la fecha del parto, muchos nos preguntaban por los gatos y cómo manejaríamos la llegada de la bebé a sus vidas y viceversa, de alguna manera sabíamos que ya se conocían, por medio de la sensación del ronroneo, vibraciones, etc. Un día antes de llegar a casa con la bebé cuando ya había nacido, Jorge trajo a casa las calcetas que había usado la bebé durante ese día para que su olor les fuera familiar a los gatos y el día que llegamos ya con ella fue algo hermoso. Entramos por la puerta, yo llevaba cargada a la bebé, Máximo y Amelie parecían desconcertados, olieron cada lugar por el que caminé siguiendo el rastro de la bebé y luego se fueron a esconder. Al rato empezaron a salir poco a poco, jamás se mostraron a la defensiva sino más bien impresionados, se fueron acercando a ella no con miedo sino con respeto, Jorge la tenía en brazos y Amelie se puso a los pies de Carmela bebé los olfateó, inclinó la cabeza y los cabeceó con delicadeza, fue una especie de bienvenida a la manada, fue un momento mágico de la naturaleza que es sabia.

Desde entonces se le acercan sin tocarla, la contemplan con cuidado y respeto, todo va bien, los cinco somos una familia unida y feliz <3