PANTONEMAGENTA

Segundas oportunidades: una histerectomía a los 4 meses después de haber tenido a nuestra bebé.

Una llamada que te cambia la vida: "Hola Carmela, ¿cómo estás? te llamo porque tu papanicolaou no salió bien, no te asustes pero necesitamos hacerte unos exámenes..." "tengo cáncer doctor????" "no Carmela no es cáncer, no te preocupes, pero si necesitamos hacerte unos exámenes"... y sentí que me habían tirado un balde de agua fría, muy fría.

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El papanicolau, examen que desde hace muuuuuchos años me hago anualmente sin falta, como debe de ser, y que me lo había hecho a los cuarenta días que nació la bebé, después de haber salido siempre bien ahora salía mal, y debía hacerme una biopsia, a pesar que el doctor me había dejado claro que no era cáncer, no podía dejar de pensar en la desgraciada palabra cáncer, cáncer, CÁNCER... no puede ser! y menos ahora que acabo de tener una bebé que me necesita además de amarme con todo su corazón... la pálida no se me quitó hasta 48 horas después que fui al doctor a hacerme una colposcopía, que en pocas palabras es una biopsia del cuello del útero y efectivamente la situación no estaba bien, habían ya células atípicas que son precancerosas en etapa 2 siendo la etapa 4: cáncer. Y la solución era quitarme el útero o como comúnmente le llamamos: la matriz.

No lo pensé ni una vez, ¡quitémosla! le dije al doctor, igual desde siempre supimos que después de Carmela bebé no tendríamos más hijos, ya para qué la quiero si más que servirme ahora me puede matar y aquí estoy... reponiéndome a 24 horas de la operación, pensando en lo maravillosa que es la vida y las segundas oportunidades que recibimos de Dios y del Universo, agradeciendo la vida de nuestra bebé, porque ésto no es de ayer, esto lleva ya años y si me lo hubieran detectado antes, me habría quitado la matriz y Carmela bebé no habría existido jamás; agradeciendo por un día más, agradeciendo que tengo, si Dios quiere, más de cinco años de vida (repito si Dios quiere), que de haber sido cáncer, hubiera sido lo más que habría podido esperar vivir, porque aunque como mi abuela decía "una cáscara de banano basta para morirse", el cáncer es caminar sobre muuuuuchas cáscaras de banano y aunque muchos se salvan, otros muchos no. Agradeciendo por haber sido detectado a tiempo, que tengo el privilegio de tener acceso a servicios de salud, agradeciendo por la salud de hoy, porque ese es el divino tesoro, la salud.

El cáncer de cérvix o cuello uterino es el único tipo de cáncer ginecológico que puede prevenirse mediante las pruebas de detección rutinarias, por favor si no se han hecho el papanicolau, ¡háganselo!, agarren el teléfono y hagan cita donde el doctor... y háganse el favor de ir.