PANTONEMAGENTA

La Belle France

El domingo cumplí la segunda semana de estar en Paris... ya las cosas son diferentes, aunque sigo sin saber francés, con lo poco que sé me defiendo muy bien, con el menú a la mano no tengo problema con ordenar de comer y ya me sé el Metro de maravilla, ya no tengo que estar pendiente de las estaciones porque ya me he familiarizado con ellas, y con eso, tengo resuelta la vida.

En el trabajo, el martes terminó la segunda parte de mis entrenamiento en tienda, el miércoles tuve una reunión de análisis de esa segunda parte y jueves y viernes, la tercera parte del entrenamiento de manejo de marca en tiendas de la región. Tuve la oportunidad de visitar las tiendas de París y de las afueras, estar en auto tanto tiempo y visitar "otra realidad" (fuera de París) fue muy interesante. Compartir con mujeres maravillosas como la Brand Manager y Visual Merchandising Manager y aprender de ellas fue genial.

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La marca que pronto llevaremos a Guatemala es Jennyfer, una marca de moda francesa especializada en ropa para mujer que comparte valores muy importantes para mí: pasión, excelencia, fuerza y trabajo en equipo, además que el diseño de la ropa me encanta ¡por supuesto!. Tiene 30 años de existir en Francia y 400 tiendas en Europa y las Islas Francesas.

Trabajar aquí ha sido una experiencia única, la capital de la moda, la ciudad del amor, cuna de "Savoir Vivre" ha sido una de las mejores experiencias y mejores momentos de mi vida, y profesionalmente, definitivamente una etapa que marca un nuevo gran comienzo.

¡La comida! ¡La comida! esta semana fui a cenar a Le Chateaubriand. Toda una experiencia de manjares exquisitos. El restaurante es el número nueve de Europa, un restaurante de comida francesa creativa, con un menú diario único con degustación de diez platos y maridaje. Es como... indescriptible. No hay muchas palabras que pueda decir, son más como sonidos, el mesero nos preguntaba si todo estaba bien, y yo sólo podía responder "¡uff! ¡uff!"

Los franceses son encantadores, la gran mayoría, educados y amables, saben de las buenas cosas de la vida... pero ahora del otro lado de la vida de París, y como la misma Julia Child diría "sólo llevaba unas pocas horas en París y ya me consideraba local" hahahahahahaha!!!! ¡pasa! y es que ahora los comprendo si a veces parecen molestos, pero si yo fuera de aquí también lo estaría, si me molesto cuando para la Feria de Jocotenango el día 15 nos invaden los visitantes hahahahaha!!! no digamos la invasión diaria de turistas (no todos, pero algunos varios... un bueeeeen número) de maleducados, molestos y mal vestidos visitantes, no entiendo por qué los turistas a veces parecen tan salvajes en sus actitudes y se visten tan mal, y es que vienen a París, la ciudad del glamour y no al descubrimiento del "arca perdida", en fin, cada quien con su estilo... eso sí la mala educación es la mala educación... y ¡hablando de Julia Child! me compré el libro de su vida en Francia, es fascinante, lo leo y lo leo, voy en el metro y voy leyendo, hubiéramos sido tan amigas, ¡la amo!... y fui a su casa, un edificio hermoso de puerta azul por la Asamblea Nacional, fue muy especial encontrarla, imaginé cómo sería en esa época, seguro no ha cambiado mucho físicamente pero la vida sí, e imaginar como era la época y verla en mi mente caminando por allí fue algo hermosamente surreal. 

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Caminar y tomar el Metro es lo más maravilloso. Este fin de semana pude ir finamente a la Caféothèque, uno de los mejores cafés del mundo, expertos en café y con una selección exótica y de los más exquisitos y grandiosos cafés del planeta. Un lugar cálido, donde Gloria, propietaria y amante de Guatemala atiende a los fans del lugar con una sonrisa y amabilidad excepcional.

Además de trabajar mucho, y es que no les cuento más de mi trabajo porque lo que he visto, número uno es confidencial y número dos, ésto es un blog de la vida y no un tutoríal de manejo de marcas que es suuuuuper interesante pero que no puedo compartir del todo con ustedes (porque volvemos al punto número uno ;) ) ... he comido mucho, he caminado mucho, he aprovechado a hacer mandados antes o después del trabajo, según sea mi horario. He caminado por Saint Ambroise (nuestro barrio con Jorge), he visitado parques que disfruto viendo la gente pasar, he visitado y repetido visita a los lugares que más me gustan como Pompidou que amo su librería y la sopa de cebolla del bistro de enfrente, a los monumentos sólo los he saludado de paso porque afortunadamente ya los había visitado detenidamente antes, eso sí, fui a la Fundación Louis Vuitton que ése monumento era de los pocos que no conocía... fui de picnic a Tuileries... ¡la vida en París es maravillosa!