El 2,020 nos impactó tanto y trajo a nuestras vidas tantos cambios, que la vivienda fue un tema importante en la mesa, personalmente para nuestra familia y para el mundo en general. A través de la historia, las epidemias, pandemias y los temas referentes a la salud siempre han impactado a la humanidad y han originado cambios en las viviendas. Estos eventos han cambiado la historia del mundo y entre todo, la arquitectura de manera antropológica, podría decirse.
En un artículo de la revista Architectural Digest, la Dra. Elizabeth Yuko dice “hay una historia muy larga e interesante de la intersección de la salud, la arquitectura y el diseño que se remonta a la antigüedad”. Por ejemplo los porches como resultado de la epidemia de tuberculosis en la época victoriana. Las cocinas blancas o claras y/o con azulejos a partir del siglo XIX para evitar enfermedades al momento de preparar los alimentos. El baño de visitas como resultado de tener un baño extra, en la primera planta y/o cerca de la entrada de la casa, para evitar el contagio de enfermedades, fue una necesidad sanitaria de hace casi cien años.
El Covid de alguna, o muchas maneras, hizo que nos diéramos cuenta de qué es realmente lo que deseamos del lugar donde vivimos. Para muchos, la casa donde vivían era prácticamente una casa-dormitorio y hasta ahora que realmente fue un espacio que habitaron, conocieron sus prioridades de vivienda. Sin duda nuestra vida cambió y entre los cambios que sufrimos, nuestras prioridades acerca del lugar donde vivimos, fueron algunos de tantos.
Muchos nos mudamos o cambiamos de casa durante uno de los peores momentos de nuestra era, fue tanta la necesidad, que esa necesidad misma, superó al mal timing.
Hoy comparto algunos puntos que nos sirvieron a nosotros y que ahora o en algún futuro cercano pueden ser de utilidad para quienes leen este blog, ya que muchas personas me escribieron haciéndome preguntas referentes a este tema. Estos puntos o tips aplican, en su mayoría, a una vivienda que desean rentar a mediano/largo plazo o comprar.
1. Hablando precisamente de planes, hacerse la primera pregunta: ¿Por qué deseo/deseamos mudarme/mudarnos? de esa lista saldrán nuestras prioridades.
2. Contestar la segunda pregunta. En la próxima vivienda, me/nos veo viviendo un par de años, al menos cinco años, diez años o idealmente el “resto de la vida”. Mientras más permanencia y compromiso, más cercano a completar nuestra lista de deseos y prioridades.
3. Tamaño: Debemos tomar en cuenta el tamaño de la vivienda, según número de personas vayan a vivir en ella, ahora o según los planes del futuro, según nuestras capacidades de presupuesto y nuestra capacidad de mantenimiento. Por ejemplo, yo ya les he contado que personalmente y nosotros como pareja y familia, no podemos vivir en un lugar más grande que nuestra capacidad personal de limpiar. Muchas personas se dieron cuenta de ello ahora con la pandemia y la “escasez de servicio”, aunque para algunos es importante y para otros no, sea como sea, son muchos factores los que debemos tomar en cuenta al decidir el tamaño de una casa o apartamento. Y ese es el siguiente punto…
4. ¿Casa o apartamento? no hay respuesta buena o mala, todo depende de las necesidades… tooodo depende de nuestras necesidades. Una amiga una vez me dijo “cada uno tiene un sistema de vida, y no hay buen o mal sistema, solamente hay sistemas diferentes” y esa es la respuesta a esta pregunta: ¿casa o apartamento? cuáles son tus necesidades, cuál es tu sistema, cuáles son tus prioridades. Si tu sistema es una vida de campo, una casa será la respuesta… si tu sistema es la ciudad, una vida completamente urbana, seguramente un apartamento será la mejor opción para tu sistema y estilo de vida.
5. Ubicación. Aquella frase de location, location, location… no pierde vigencia. EL LUGAR es a mi parecer, de lo más importante y solamente porque no quería entrar de golpe con el tema, no fue mi primer punto. En la actualidad, gran parte de a humanidad se dio cuenta de la cantidad de vida que había dejado perdida en el tráfico, viajando de casa al trabajo o al lugar de estudios. Ahora que muchos nos quedamos en casa, probablemente recapacitamos acerca de qué podíamos habernos “perdido” por estar en el tráfico, meditamos acerca de lo que es en realidad lo que vale la pena, lo que necesitamos para estar más cómodos y felices, lo que aporta y lo que no aporta a la calidad de nuestra vida.
6. Como no se puede tenerlo todo en nuestra vida, conocer y saber lo que deseamos, qué estamos dispuestos a ceder y que no, diferenciar lo necesario de lo que no… y elegir. Hay taaantas amenidades que quisiéramos agregar a nuestra “lista imaginaria de nuestra vivienda ideal de los sueños”, pero siento bajarnos de la nube… debemos aterrizar y elegir. Un buen ejercicio es escribir todo lo que quisiéramos en nuestro hogar de los sueños, hacer una lista inmensa (el papel todo lo aguanta) y luego enumerar de uno a “mil”, siendo uno lo más importante y mil lo menos importante, esas serán nuestras prioridades y tendremos que negociar con nosotros mismos para ceder y cambiar unas cosas por otras, que aunque nos importen, finalmente no sean tan importantes como nuestro top 10 por ejemplo. En lo personal yo siempre tuve como “prioridad” un dormitorio extra para que funcionara de closet, y ahora descubrí que mi verdadera prioridad es un espacio al aire libre y una cocina grande, el dormitorio extra pasó a segundo plano y lo catafixié por espacio de terraza y cocina que es algo que disfruto más individualmente y en familia.
Algunas amenidades para tomar en cuenta sobre todo después del impacto de la pandemia pueden ser:
(Son infinitas pero aquí les doy algunas ideas)
Espacio exterior o al fresco / patio / jardín / terraza / balcón.
Espacio para home office.
Almacenamiento y organización.
Luz natural.
Cuarto de lavandería.
Aire acondicionado central.
Baño principal grande.
Cocina amplia.
Espacios abiertos.
Tecnología smart home.
Flexibilidad de espacios.
Espacio para ejercicio / Fitness room.
Piscina.
7. Y por último pero para naaaaada menos importante, es el presupuesto. Que de querer no hay límite, y de poder, allí es donde la cosa se pone real. Tomar en cuenta que no es sólo el inmueble sino también el mantenimiento. Si vas a comprar, tómate tu tiempo para decidirte, negociar y buscar la mejor oferta para conseguir un buen trato. Pero sea como sea, que la decisión que tomemos y lo que elijamos sume a nuestra vida, nos de paz y seamos más felices porque es congruente con nuestro sistema y estilo de vida.
Una seguidora me decía que ella soñaba con tener un apartamento pequeño y que sentía presión por tener una casa grande con jardín porque es lo que su familia desea para ella. Algo así como cuando la sociedad espera que una pareja tenga muchos hijos y nadie les pregunta si efectivamente desean tener hijos en primer lugar, porque una posibilidad es, que ni siquiera quieran tener hijos y está bien porque es su sistema. Platicamos y llegamos a la conclusión que ni aunque a uno le hagan un regalo, en este caso una casa, tiene uno por qué vivir en ella, si es verdaderamente un regalo desinteresado (como deberían ser los regalos) podría aceptarla, venderla y con el dinero comprarse la vivienda que realmente deseara, en su caso un apartamento pequeño en la ciudad… o también sería válido que no quisiera una vivienda sino gastarse el dinero en viajar por el mundo, no sé… cada uno tiene diferentes sueños y de eso se trata la vida, de hacer o buscar, lo que nos hace feliz… aplica para escoger dónde vivir que es el tema de este post pero finalmente aplica a todo.