Una de las preguntas que más se repiten en mi buzón de mensajes de Instagram, es cómo cuidamos el cabello maravillosamente rizado o colocho (como se conoce en nuestro país) de nuestra hija de cuatro años. Su cabello desde que nació fue muy fino y conforme fue creciendo, fueron apareciendo sus rizos o colochos espectaculares que son un gran rasgo físico -se le conoce como tipo de formato capilar- y al mismo tiempo complementan su exuberante gran personalidad.
No usamos ningún método en específico, me han mencionado y ofrecido mil veces el famoso curly method, pero siempre digo que uno: no me gusta complicarme y dos: si no está roto, no lo arregles… como diría el famoso dicho en inglés “If it ain't broke, don't fix it”.
A nosotros nos fascina su cabello y a ella no digamos, desde siempre nos ha pedido que no se lo cortemos y en las dos ocasiones que ha tenido un recorte de puntas, ruega porque no se le corte de más “sólo un poquitito por favor, repite varias veces”.
Cuando era bebé le lavamos el cabello con un buen shampoo delicado especial para bebés, ojo con el shampoo y los productos que usamos en los bebés… hay marcas populares muy famosas que se ha demostrado, usan derivados de petróleo y/o ingredientes causantes de cáncer en sus fórmulas.
Luego conforme fue creciendo y su pelo empezó a rizarse, optamos por un shampoo y acondicionador orgánicos sin sal de manzanilla que traíamos de Costa Rica y luego afortunadamente vino a Guatemala, la marca es Bioland y es un ejemplo, ya que es una marca de supermercado con calidad superior al promedio, por no decir todas las demás. Su precio es accesible y su calidad extraordinaria, es una marca ecológica (como muchos productos desarrollados en Costa Rica, país con una conciencia del medio ambiente excelente), sin colorantes artificiales, sin ingredientes de origen animal, sin maltrato animal, sin sales ni sulfatos y sin parabenos.
Hace poco empezamos a utilizar shampoo y acondicionador de manzanilla en barra de Nolé, que al igual que el anterior no contiene parabenos, sin sulfatos ni sales, sin siliconas y además es 100% natural, biodegradable y lo mejor de todo es que es zero waste o cero desperdicio al no utilizar plástico por ser en barra. El ingrediente principal es la batana, un fruto nativo de Honduras que es extraído de forma artesanal y nutre el cabello al máximo. Es una exquisitez de producto y es evidente que funciona de maravilla, el cabello queda suave, brillante, hidratado, delicioso.
Y para peinar, desde hace tres años, comparto las mismas gotas que uso yo de manera religiosa ¡siempre!… el Smoothing oil-infused leave in concentrate de Kiehl’s que es un tratamiento capilar suavizante con aceite de argán y aceite de babasú. Controla el frizz y suaviza las puntas secas. Lo utilizamos sobre el cabello seco o húmedo para nutrirlo, suavizarlo y peinarlo.
Al salir del baño, retiramos el exceso con un peine de dientes gruesos y separados, lo secamos suavemente con toalla, aplico las gotitas en mis manos, froto mis palmas y peino con mis dedos suavemente su cabello, por último, cepillo suavemente todo el cabello con el cepillo Wet Brush y dejamos secar su pelo naturalmente.
El cuidado es muy fácil sin complicaciones, utilizamos prácticamente los mismos productos que usamos toda la familia, porque cuando se utilizan buenos productos con buenos ingredientes, la mayoría del tiempo, a todos nos caen bien.